Claudio Agostini

Lecciones de la Casen 2011:transparencia y responsabilidad

Por: Claudio Agostini | Publicado: Jueves 10 de enero de 2013 a las 05:00 hrs.
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El proyecto de ley que da autonomía al INE es probablemente el mejor resultado que dejó la Casen 2011, pero aún hay lecciones que aprender respecto a transparencia y responsabilidad en este proceso.

El Ministerio de Desarrollo Social (MDS) ha entregado información metodológica sobre la encuesta Casen, tanto para la de 2011 como para las anteriores, como nunca antes había ocurrido. Este es un gran paso en la dirección correcta que merece reconocimiento. Sin embargo, faltó transparencia sobre elementos cruciales y en los momentos relevantes en el proceso de la Casen 2011. En mi opinión, esto es lo que al final generó los problemas y permitió que se terminara cuestionando equivocada e injustamente un muy buen instrumento como es y sigue siendo la Casen.

Hay al menos dos aspectos en los cuales faltó transparencia y con consecuencias importantes. El primero, se refiere al margen de error. Todas las cifras que provienen de encuestas tienen un margen de error, ya que se basan en una muestra de la población. Por esta razón no corresponde entregar los resultados de una encuesta sin informar el margen de error, ya que se pueden sacar conclusiones equivocadas. La tasa de pobreza de 14,4% se informó sin margen de error y se dijo que la baja en la pobreza era significativa respecto a 2009, lo cual resultó no ser cierto cuando se conoció el margen de error de la encuesta.

El segundo aspecto en el cual se fue poco transparente, y que me parece más grave, es en la comunicación ocurrida entre el MDS y la Cepal respecto a la inclusión de la pregunta Y11 en los ingresos de los hogares para el cálculo de la tasa de pobreza. El argumento principal que utilizó el MDS fue la existencia de un pre-test que avalaba incluir la pregunta. Existe un estándar estadístico, entendido y reconocido entre los expertos que trabajan en encuestas, de qué es un pre-test. El MDS realizó un focus-group, que no es lo mismo, el cual ex-post argumentó que era equivalente a un pre-test. La opinión del MDS sobre su equivalencia no importa, lo único relevante es qué entendió la Cepal cuando se le dijo que se había hecho un pre-test. Aquí es donde no hay transparencia y, aún más, se falta a la verdad, porque a la Cepal el MDS no le dijo que había hecho un focus-group que ellos consideraban que era equivalente a un pre-test.

La Cepal asumió para sus cálculos que sí existió un pre-test y que entregaba los resultados que se afirmaron en la minuta técnica que le envió el MDS. Así lo expresó el Jefe de la Unidad de Estadísticas e Indicadores Sociales de la Cepal: “Yo asumo los resultados del pre-testeo porque me lo está diciendo la autoridad: el Ministerio de desarrollo Social. No porque yo leí el informe del pre-test. Doy fe de una comunicación oficial”. El problema fundamental, es que si se hubiera informado transparentemente a Cepal que el pre-test oficial de la Casen no consideró la pregunta Y11 y que el respaldo para incluirla venía de focus-groups realizados por el MDS, la decisión de Cepal hubiera sido otra y la tasa de pobreza oficial sería 15%.

Más allá de detalles técnicos, el tema de fondo es que el MDS en su minuta a Cepal no dijo la verdad. El mismo experto del organismo lo dice: “Finalmente, se demostró que lo que en su momento se tuvo a la vista para introducir este cambio, los antecedentes que proporcionó el Ministerio de Desarrollo Social a la Cepal, no eran veraces”.

Dada la falta de transparencia en aspectos claves del proceso Casen 2011, la pregunta obvia es qué responsabilidad deben asumir las autoridades a cargo. En Estados Unidos, cuando una autoridad es sorprendida mintiendo se ve automáticamente obligada a renunciar. Comparto ese estándar y en este caso el gobierno de Chile a través del Ministerio de Desarrollo Social, en una comunicación oficial a un organismo internacional, faltó a la verdad. Sin embargo, nadie asumió la responsabilidad. Eso le hace daño al estado y al rol que debe ejercer una autoridad pública. Se daña también la calidad de la política en Chile y se la desprestigia aún más.

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